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Propiedades antiinflamatorias:
La curcumina, principal componente de la cúrcuma, ayuda a reducir la inflamación en el cuerpo, lo que puede ser beneficioso para personas con enfermedades inflamatorias crónicas.
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Acción antioxidante:
La cúrcuma combate los radicales libres, protegiendo las células del daño oxidativo y previniendo el envejecimiento prematuro y algunas enfermedades crónicas.
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Mejora la digestión:
La cúrcuma estimula la producción de bilis, lo que facilita la digestión de las grasas y puede aliviar trastornos digestivos como la dispepsia y el síndrome del intestino irritable.
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Salud cardiovascular:
Estudios sugieren que la cúrcuma puede mejorar la función endotelial, reducir la inflamación y los niveles de colesterol, contribuyendo a la salud del corazón.
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Apoyo a la salud mental:
La curcumina puede aumentar los niveles de BDNF, una proteína clave para la memoria y el aprendizaje, y podría ser beneficiosa para personas con depresión y otras enfermedades cerebrales.
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Potencial anticancerígeno:
La curcumina puede inhibir el crecimiento de células cancerosas y prevenir la metástasis, especialmente en cánceres del sistema digestivo.
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Fortalecimiento del sistema inmunológico:
La cúrcuma ayuda a combatir infecciones y enfermedades al fortalecer el sistema inmunológico.
- La cúrcuma se puede consumir en polvo, en currys, tés o en suplementos.
- Para mejorar su absorción, se recomienda consumirla con alimentos y añadir una pizca de pimienta negra.
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